De acuerdo con Kant, trata de un tipo de juicio cuyo predicado NO está contenido en el sujeto. Por lo tanto, aporta algo nuevo al conocimiento (es extensivo).
Las matemáticas, la lógica y la geometría constituyen ejemplos de este tipo de ciencia:
Industria tecnológica que se desarrolló tanto para fines armamentísticos como para la generación de energía eléctrica. Parte de las investigaciones académicas sobre el átomo que Ernest Rutherford y Enrico Fermi llevaron a cabo, pensando que era improbable que sus descubrimientos tuvieran alguna aplicación práctica importante.
Durante los primeros siglos de este periodo (V-XI), la investigación científica, además de seguir atenida a los intereses de la filosofía, debía ajustarse a los límites señalados por la teología. Por otro lado, debido a que las cosmovisiones y los sistemas de creencias dominantes se estructuraban sobre criterios fundamentalmente teológicos, tanto la razón como la filosofía quedaron subordinados a la fe.
Para Mario Bunge, una ciencia no es un agregado de informaciones inconexas, sino que las ideas que genera se hallan conectadas lógicamente entre sí. Estas ideas, por lo tanto, poseen un carácter orgánico, en cuanto a que la sustitución de cualquiera de las hipótesis básicas produce un cambio radical en la teoría o grupo de teorías. Esta característica implica que la ciencia es:
Filósofo alemán que introduce la noción de “Dasein” (o de “ser-en-el-mundo”), para contraponerla a la noción de sujeto trascendental y a-histórico, propia de la tradición moderna fundada por Descartes. De esta suerte, el Dasein no se identifica con la conciencia cognoscente que aprehende un objeto de manera teórica y completamente neutral. Por el contrario, se identifica con la existencia humana individual que se relaciona con el mundo a través de una pre-comprensión ontológica de este. Dicha pre-comprensión ontológica abarca tanto los prejuicios y los presupuestos que forman parte del horizonte cultural de cada persona como los fines o metas que orientan sus acciones, desde el enfoque instrumental y vivencial que enmarca su vida cotidiana. En otras palabras, la noción de Dasein implica la negación de que existe un “grado cero” de la comprensión que nos permite conocer de una forma totalmente objetiva la realidad. Más bien, admite un horizonte de sentido y un subsuelo desde los cuales la existencia humana interpreta el mundo y se relaciona con este, y que, originalmente, la constituyen. El conocimiento se da, entonces, en el ámbito filosófico, como un intento por articular esa comprensión originaria de la realidad y por desocultar ese telón de fondo que inevitablemente nos atraviesa, incorporando su dimensión temporal o histórica.
De acuerdo con Kant, se trata de los conocimientos derivados de la experiencia. Su verdad, por lo tanto, posee un carácter particular y contingente:
Fundador del empirismo. Rechaza la existencia de ideas innatas, pues afirma que nuestra mente es una hoja de papel en blanco que se llena de contenidos con la experiencia. Divide a las experiencias en externas (sensaciones) e internas (reflexiones), y a las ideas, en simples y complejas.
Filósofo norteamericano que, en su deconstrucción de la teoría del conocimiento moderna, parte de una fuerte crítica a la noción del conocimiento como representación mental de la realidad, así como a la distinción entre lo mental y lo físico. Plantea que esta última distinción es resultado de convenciones lingüísticas que, históricamente, han generado un abismo insalvable entre el mundo y el pensamiento, y también han terminado por desacreditar el cuerpo, al otorgarle un lugar privilegiado a lo mental. Por otra parte, rechaza que la mente sea una especie de espejo de la naturaleza que necesita ser pulido y perfeccionado por la teoría del conocimiento. Para superar el abismo más arriba mencionado, propone que el conocimiento no sea entendido como una relación entre la mente de las personas y los objetos, sino como una relación entre las proposiciones y los argumentos. A su vez, esto implica que la verdad está atravesada por prácticas sociales y que la distinción entre apariencia y realidad debe ser sustituida por la distinción pragmática “menos útil/más útil”. En suma, al examinar un fenómeno, conviene dirigir la vista a nuestros interlocutores más que a nuestras facultades intelectuales, sustituir la confrontación con un objeto por una conversación, y a las creencias entendidas como representaciones, por creencias entendidas como hábitos de acción. En este tenor, las justificaciones son percibidas como fenómenos sociales y se ve alentado el perspectivismo y el relativismo cultural, pero justificado.
Parte de una perspectiva optimista en lo que respecta a la posibilidad de la inducción. Si bien admite a priori que las regularidades que observamos en los fenómenos no pueden ser causales, plantea que debe haber algún tipo de racionalidad en el universo y que la mente humana es capaz de descubrirla. Para ello, basta con recopilar la mayor cantidad de casos posibles que nos permitan confirmar una teoría. Bertrand Russell representa la crítica moderna a este punto de vista con su mordaz historia del pollo que, tras meses de repetidas experiencias, llegó a la firme conclusión de que el granjero que lo alimentaba cada mañana en el corral seguiría haciéndolo hasta el fin de los tiempos (un mal día, le retuerce el pescuezo para convertirlo en fuente de proteínas).
Tradicionalmente, ha sido definida como un conjunto de saberes relativos a la práctica, en contraposición con los saberes meramente teóricos de la ciencia. No obstante, sabemos que su progreso histórico también la ha ido forzando a quedar cada vez más sujeta al método y a los principios reguladores del quehacer científico. De ahí que sus procesos de investigación y los procesos de investigación científica aparezcan entremezclados hoy en día.
Nombre que reciben las comunidades de maestros y estudiantes que, durante el siglo XII, se crean con independencia de las escuelas catedralicias y monásticas. Su importancia radica en que su plan de formación, constituido por un área lingüística (gramática, dialéctica y retórica) y por un área matemática (música, astronomía, aritmética y geometría), apunta a que el conocimiento científico, por aquél entonces, ya formaba parte de la base del currículo de la educación medieval.
Ciencia que, a mediados del siglo XIX, contribuyó a crear el concepto de energía que hoy constituye una variable clave en toda decisión práctica relativa a los recursos del combustible, la generación de fuerza, la calefacción de talleres, la eficiencia propulsiva de los vehículos, etc.
También se conoce como “retroducción” o “razonamiento hacia atrás”. Se trata de un proceso lógico mediante el cual se proponen hipótesis explicativas de los hechos observados. Pero como no puede ser explicado a partir de la inducción ni a partir de la deducción, sólo puede ser estudiado desde un punto de vista meta-metódico o epistemológico.
Durante este periodo, se presentaron algunos cambios sociales y económicos que contribuyeron a la consolidación de la modernidad como proyecto civilizatorio y, a su vez, permitieron que el conocimiento científico desempeñara un papel protagónico a partir de entonces. Destaca el perfeccionamiento de la imprenta, por obra de Gutenberg, la Reforma protestante, el descubrimiento de América, así como las contribuciones de personajes como Copérnico, Galileo, Kepler, Bacon y Descartes en la creación de modelos alternativos para conocer el mundo y acceder a un nuevo orden de certezas.